En solo una semana Adam Goodes, jugador de fútbol australiano, el número 37 de los Sydney Swans, ha pasado de tener a todo su país dividido en un debate sobre el racismo a unirlo en una campaña sin precedentes para que vuelva a los campos de juego. El deporte, tan propio del país oceánico, ha actuado una vez más como reflejo de una sociedad a la que incomoda sobremanera todo lo relacionado con el racismo.
|
etiquetas: racismo , rugby , aborígenes australianos , adam goodes