Yo ya los discos que oigo últimamente, no me los creo. Es más, muchos ni los oigo ,porque sé lo que me voy a encontrar. Algo completamente perfecto, y totalmente aséptico, sin alma, sin vida. Y el vivo, volver al vivo, era como volver... a mis comienzos. Ahí el artista da la dimensión de lo que realmente es. Ahí no hay trampa ni cartón. Y además la música está viva, la música tiene alma, tiene corazón...