Charlando, el otro día, sobre Las penas del joven Werther, recordé algo que a mí me gusta mucho, y que me gusta, tanto por lo que es, como por la historia que tiene detrás. Hablo de los Poemas de Ossian, una obra que encandiló a Goethe, traductor en alemán de la misma, y por tanto, también a Werther, que en el libro se hace eco de la creencia de que Ossian es mejor que Homero, y que acaba recitando sus versos ante su amada Lotte, en un momento tan loco como potente.