La Casa de Campo en Madrid alberga en sus más de 1.500 hectáreas bosques de pinos, encinares, dehesas y pastos, que este año están exuberantes de gramíneas, leguminosas y cebadillas. Las flores cubren las dehesas por doquier. Un manjar para polinizadores. Pero en pocas semanas ese vergel se secará y es un riesgo potencial, porque puede convertirse en pasto para los incendios estivales. Para evitar que el principal bosque de la ciudad de Madrid sufra algún fuego, las mejores aliadas de los bomberos campan durante todo el invierno en la Casa de C