La etimología del topónimo Covadonga no es cova Dominica, «cueva de la Señora», como suele afirmarse, sino que el sufijo -onga remite al céltico onna, «río», siendo así que Covadonga es la cueva del río. Fue allí, en lo que seguramente ya era el santuario pagano de quién sabe qué diosa de las aguas a medio cristianar, donde Pelayo y sus astures buscaron el cobijo adecuado para plantar resistencia a una partida de perseguidores musulmanes.