Después vienen los recuerdos de los principios del narcotráfico. Yo no recuerdo el principio, pero recuerdo los efectos. En el libro alguien habla de los yonkis de La Baldosa. Yo tengo grabada la misma imagen. En las esquinas, en los portales, tirados en el suelo. Recuerdo cuando mis vecinos iban cayendo. Hasta padres de compañeras de clase. La heroína destrozó esa generación, pero yo no sabía que en el resto del mundo no pasaba lo mismo. Hoy en día, eso ya no se ve. Casi no hay heroína, y ya no damos mala imagen. Ya no queda bonito en la tele.