En la cartelera de 1981 se pudo ver El Príncipe de la ciudad, El camino de Cutter, Fuego en el cuerpo y Ladrón. Cuatro películas en un solo año que tenían los mismos temas en común: una sociedad con el trabajo degradado tras las crisis del petróleo, policía corrupta campando por sus respetos y gente que intenta salir adelante delinquiendo que justifica sus actos con razonamientos éticos: se puede ser injusto con el injusto
|
etiquetas: 1981 , cine
Es indistinguible.
Por un lado el negacionismo de no ver que la situación incluso en los países occidentales es incomparablemente mejor ahora que en las crisis de los años 70 y 80.
Por otro lado no ser conscientes de que todas las mejoras están basadas en un consumo desaforado de recursos y crecimientos de deuda en una carrera insostenible.
En lo 80 ya hacíamos tarde para arreglar esto, ahora ya solo queda esperar el inevitable resultado de nuestra codicia por esquilmar todo lo esquilmable.