El disco de Nebra, con más de 3.600 años de antigüedad, es un hallazgo de relevancia mundial y desde 2013 parte del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO. Este disco de bronce asombra por su diseño y simbolismo astronómico, y por enigmas técnicos que plantea su manufactura. Recientes análisis metalográficos revelan detalles fascinantes: implicó unos 10 ciclos de trabajo, cada uno calentando el metal hasta unos 700°C, martillarlo para dar forma y realizar un recocido para relajar su estructura interna, dando a la pieza delgadez y resistencia.