La jueza que atendió su caso no creyó conveniente dictar orden de detención contra su supuesto agresor, no consideró que debiera prestar declaración en sede judicial y alegó que residía en otra localidad y no tenía competencia territorial para ello. Es más, la animó a resolver el problema de la custodia del menor mediante una demanda de separación. ¿Cómo es posible? “Lo habitual es proceder a la detención del agresor y ponerlo a disposición judicial para tomar medidas de orden penal y civil”, explica la letrada que lleva este caso.
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