Como si no hubiese pasado nada, Zenón y su amigo magrebí volvieron el martes al Agarimo. El camarero, al verle, le informó de que, después del incidente con el cuchillo, no era bienvenido en el local y que no iban a servirles nunca más. Como reaccionó con amenazas, llamaron a la Policía Local, por lo que se marcharon. Este delincuente es bien conocido entre los hosteleros, que intercambian con frecuencia fotos de él vía WhatsApp para advertir a los dueños de los locales de su peligrosidad.
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