La pena de muerte fue abolida en Francia en 1981. Sin embargo, oculto a la vista, el sistema penitenciario sigue ejerciendo sus efectos nocivos. Detrás de los muros, el aislamiento, la falta de cuidados, la humillación y la violencia hacen que la gente siga sufriendo y muriendo en la cárcel.
El Colectivo de Muertes en Prisión ha contabilizado 115 suicidios de presos en 2019, una cifra probablemente subestimada. En general, según el Observatorio Internacional de Prisiones, se suicidan seis veces más personas en las cárceles que en otros lugares. Hay muchas razones para ello, pero la negligencia de la administración, incapaz de prestar atención psicológica a los presos antes del hecho, o de comunicarse con las familias de las víctimas después (no es raro que la familia se entere de la tragedia sólo varios días o semanas después del hecho) es flagrante.
Además, en un país donde se niega tanto la violencia del aparato represivo cuando se comete a plena luz del día, ¿quién puede creer que sea diferente en estos lugares protegidos de las cámaras? Difíciles o imposibles de probar, los casos de muertes sospechosas, supuestamente accidentes o suicidios, siempre han existido y no cesan. El 9 de septiembre de 2020, Idir murió en la prisión de Lyon Corbas, dos semanas antes de su liberación, supuestamente por suicidio. El 18 de octubre de 2020, Taoufik murió en la prisión de Perpiñán, asfixiado mientras comía, según la administración. En ambos casos, la familia impugna la versión de la administración y busca la verdad.
Otro caso de este tipo llegará pronto a los tribunales. Los días 29 y 30 de noviembre se celebrará en La Rochelle el juicio contra siete guardias de la prisión central de Saint-Martin-de-Ré. Cuatro están siendo juzgados por homicidio, dos por omisión de socorro a una persona en peligro y uno por violencia deliberada. Otros dos deberían haber sido juzgados pero se suicidaron antes de sus audiencias. Los hechos son los siguientes: En 2016, Sambaly Diabaté, preso en Saint-Martin-de-Ré, murió durante un traslado en circunstancias problemáticas. Antes de su muerte, afirmó tener información sobre el tráfico de drogas dentro de su prisión. A continuación, su salud se deterioró bruscamente, hasta su muerte el 9 de agosto de 2016. Son muchos los elementos que llevan a la familia a dudar de la versión de la administración y a exigir aclaraciones y justicia.
Este caso, como muchos otros, es una demostración más de la inanidad y la arbitrariedad del sistema penitenciario, así como de la violencia incontrolada de las fuerzas de represión en este país. La represión judicial, lejos de proteger a la población, recae sobre los más vulnerables entre nosotros: los pobres, los racializados y los indocumentados.
La familia de Sambaly ha convocado una concentración los días 29 y 30 de noviembre, a las 8.30 horas, ante el tribunal de La Rochelle para apoyarles en su caso.
La UCL nos pide que estemos a su lado para que se haga justicia y verdad, y que nos opongamos más ampliamente a este sistema que, lejos de proteger a nadie, aplasta y mata.
Union Communiste Libertaire, 28 de noviembre de 2021
Traducido por Jorge Joya
Original: www.unioncommunistelibertaire.org/?La-mort-a-l-ombre-des-murs