Tras atreverse a arrastrar y soltar una imagen en un documento de Word y contemplar cómo, en décimas de segundo, todo el texto se desordenaba, Josefa Martín, una oficinista de 34 años, se ha desplazado sin querer a miles de kilómetros de su ubicación, según ha informado ella misma a la prensa.
“La imagen ha empujado el texto, que ha aparecido en otras páginas, y yo misma he acabado teletransportada a otro sitio”, ha explicado Josefa, que ahora, tras desbaratar completamente todo el documento en el que estaba trabajando y toda la realidad cognoscible, se llama Hannah.
“He visto documentos reformatearse completamente, pero esto ya es extremo porque ahora me llamo de otra manera y tengo tres hijos. Puto Word”, ha declarado. Según dice, cuando ha reaparecido en Holanda, no ha perdido los nervios hasta que no ha visto que, al hacer el gesto de “deshacer” con las manos, ni siquiera tenía el teclado delante.
“Estoy harta de que metas una imagen y todo se mueva, pero esto ya es demasiado”, insiste Hannah (Josefa) en perfecto holandés, su nuevo idioma, dado que también se le ha modificado el lenguaje que tenía configurado. “Joder, ni siquiera sé si estoy en la misma línea temporal que antes, cuando era una oficinista española a punto de insertar una fotografía en un bloque de texto”, ha reconocido.
Diversos servicios de internet han comunicado esta mañana que todos los textos de la Wikipedia, Google,
y absolutamente todas las webs del mundo
son ahora prácticamente
ilegi
b
l
e
s.