Carlos Redondo Flores nació en 1879 en Zamora, hijo de Pedro y Josefa, maestros, hermano de Antonio, que hizo carrera como médico militar. Se licenció en la academia militar de Infantería de Toledo, siendo destinado a las Filipinas, donde combatió contra los Estados Unidos, por lo que fue doblemente condecorado. En Manila conoció y se casó con Adelina Ávila Fernández, tuvieron 13 hijos. Fue destinado a Cáceres, Ceuta y Barcelona. En 1905 era capitán y en 1907 entró nuevamente en combate en Marruecos. En 1916 era director de la escuela militar de Guadix, y en 1919 ya era comandante. En 1923 fue destinado a Melilla, participando en combates durante los 5 años siguientes, siendo condecorado nuevamente.

En 1932 ascendió a teniente coronel, y en 1936 regresó a Barcelona, donde se encontraba al producirse la sublevación fascista, aplastada gracias a la lealtad de las fuerzas del orden y a la resistencia de los trabajadores. Carlos Redondo fue designado vocal del consejo de guerra que condenó a muerte a los “generales” rebeldes Manuel Goded y Álvaro Fernández Burriel. En noviembre de ese año fue ascendido a coronel, coordinando la defensa de Barbastro hasta que los franquistas ocuparon la zona. Carlos se afilió al PSUC, porque, aunque no era comunista, representaba un partido de orden para muchos sectores conservadores.

Al ser desbordadas las defensas Republicanas, por la ofensiva definitiva de los franquistas en territorio catalán, Carlos Redondo cruzó con Adelina y algunos de sus hijos la frontera francesa, otros hijos quedaron en zona franquista. Tras pasar por campos de refugiados, el matrimonio, su hijo Pepe y sus 5 hijas se instalaron en Julio de 1939 en el Pirineo francés. Tras la invasión alemana de 1940, la familia trató de embarcar para América pero el control de la Gestapo lo hizo imposible, la detención de Carlos Redondo era un objetivo de las autoridades franquistas. Adelina, cuya salud era muy delicada, murió en Mayo de 1941.

Tras enviudar, Carlos se unió a la resistencia francesa, en la que sus tareas consistían en ayudar a cruzar la frontera a refugiados procedentes de España y a enviar a otros a la zona libre del norte de África. Finalmente, el 9 de Diciembre de 1943 fue detenido por la Gestapo. Tras pasar por las prisiones militares de Perpiñán y Toulouse, en enero de 1944 fue internado en el campo de concentración de Vernet d’Ariège, en el que permaneció 6 meses. El 30 de junio, los 403 prisioneros de este campo fueron evacuados a Toulouse, donde el 3 de Julio los embarcaron en el Tren Fantasma con destino al campo de Dachau.

En medio de la retirada alemana, el viaje del tren, de una duración prevista de 3 días, se prolongó casi 2 meses, en condiciones inhumanas. El 28 de Agosto el tren llegó a Dachau, donde Carlos Redondo recibió el número 94.269. Aquel día ingresaron en Dachau 4 coroneles del Ejército de la República Española: Redondo, Eleuterio Díaz-Tendero Merchán, César Blasco Sasera y Jesús Velasco Echave (que había sido profesor de Franco en la academia).

Pese a su optimismo, su resistencia mental y su disciplina militar, la salud de Carlos, que ya tenía 65 años, no resistió los trabajos forzados y las condiciones de vida del campo, y cayó víctima de la epidemia de tifus que asoló el campo a primeros de 1945. La noche del 8 al 9 de marzo de 1945, Carlos Redondo falleció en la sala 2 del bloque 20 del campo de Dachau, y fue incinerado en el horno crematorio del campo. Pocas semanas después, el 29 de abril, el campo fue liberado por los aliados.

Documento Original de Xavier Bella Redondo: De Filipines a Dachau. Biografia de Carlos Redondo Flores (2011). También en Foro por la Memoria de Zamora

En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española