Resuelven el misterio de la evolución de las cucarachas de mar con miles de ojos en su caparazón

Quitón.
Quitón.
JASON EDWARDS / GETTY IMAGES
Quitón.

Los quitones, conocidos popularmente como cucarachas o cochinillas de mar, son un tipo de molusco que cuenta con más de mil especies, 360 de ellas fósiles, y lo que les hace únicos es que, en lugar de tener dos ojos normales, algunas de estas especies atesoran miles de ojos en su caparazón de aragonito y, ahora, unos investigadores han descubierto que evolucionaron en cuatro ocasiones distintas. 

Un estudio dirigido por Rebecca Varney del Departamento de Ecología, Evolución y Biología Marina (EEMB) de la Universidad de California en Santa Bárbara y publicado en Science sobre la evolución de estos órganos visuales, ha revelado que se desarrollaron en cuatro veces, separadas en el tiempo, y dieron lugar a dos tipologías

El equipo de investigadores comenzó a estudiar "dos tipos de ojos" sin esperarse "cuatro orígenes independientes", por lo que lo sorprendente fue el hecho de que los ojos de los quitones "evolucionaran cuatro veces, dos de maneras diferentes", ha explicado Varney.

Los especies de quitones con ojos en su caparazón, llamados ojos de concha, pueden diferenciar la luz y las formas, mientras que los órganos visuales de otras especies, denominados manchas visuales, funcionan mayoritariamente como píxeles individuales y son más pequeños.

Reconstruyendo su evolución

La investigación consistió en comparar y analizar el ADN de las especies fósiles para, de esta forma, reconstruir la historia del molusco. De este modo, los investigadores tomaron como referencia los dos tipos de sistemas visuales conocidos y comprobaron que ambos evolucionaron dos veces, pero las especies que tenían resultados parecidos se llevaban una diferencia de millones de años

El análisis dedujo que las especies con ojos de concha evolucionaron en la época del Triásico, es decir, hace más de 200 millones de años, y después volverían a evolucionar durante el Jurásico, hace 150 millones de años. En cuanto a las especies con manchas oculares, su evolución se remonta al Cretácico, hace 100 millones de años, y de nuevo evolucionaron en el Paleógono, hace 25 millones de años.  

"Aquí tenemos una demostración muy clara en un sistema natural de que la evolución depende de lo que vino antes, incluso cuando lo que vino antes pueda parecer completamente ajeno", ha escrito el autor principal, Todd Oakley.

Según los autores del estudio, los nervios ópticos de estos moluscos pasan a través de unas aberturas en su caparazón y que una de las explicaciones de su evolución estaría en ellas, de tal modo que, las especies que contaban con menos orificios desarrollaron menos ojos, pero más complejos y las que tenían más hendiduras evolucionaron con más ojos, pero simples.

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