¿Puede una serpiente reconocerse en el espejo?

Un experimento que utiliza los sentidos químicos de las serpientes "podría cambiar la opinión que la gente tiene de los reptiles y alejarla de la creencia de que son máquinas lentas, tontas, aburridas y con instintos", afirma el científico.

Por Mary Bates
Publicado 29 mar 2022, 10:13 CEST
Una serpiente de liga oriental (fotografiada en el Parque Nacional Acadia de Maine) mueve la lengua

Una serpiente de liga oriental (fotografiada en el Parque Nacional Acadia de Maine) mueve la lengua, un comportamiento sensorial que capta las sustancias químicas de su entorno.

Fotografía de George Sanker, Nature Picture Library

Los científicos que estudian el comportamiento de las serpientes se enfrentan a menudo a un difícil dilema: ¿cómo entrar en la mente de un reptil?

Los primates pueden gesticular con las manos, los elefantes pueden hacer señales con la trompa y los cuervos pueden picotear con el pico para indicar una respuesta concreta a un experimento. ¿Pero las serpientes?

Es por ello que los investigadores han diseñado una prueba sólo para serpientes aprovechando sus puntos fuertes: sus sentidos químicos.

Las serpientes se basan en señales químicas para reconocer a sus presas, escapar de los depredadores, encontrar pareja y navegar por su hábitat. Además de su sentido del olfato, las serpientes también mueven la lengua para transportar señales químicas (por ejemplo, las feromonas sexuales de una posible pareja) a un órgano especializado en el paladar, una acción que equivale aproximadamente a olfatear.

Un estudio reciente sobre las serpientes de liga comunes, una especie muy extendida en Norteamérica, descubrió que los reptiles pueden distinguir su propia firma química de la de sus compañeros de camada alimentados con la misma dieta. El director del estudio, Gordon Burghardt, etólogo y psicólogo comparativo de la Universidad de Tennessee (Knoxville, en Estados Unidos), afirma que se trata de una demostración de autorreconocimiento, una versión para serpientes del reconocimiento de su reflejo en el espejo.

Reconocer el propio reflejo se considera una capacidad avanzada, y sólo se ha confirmado en un puñado de especies (además de los humanos), como los chimpancés, los orangutanes y los delfines. 

"Las serpientes demuestran muchos de los mismos mecanismos cognitivos y perceptivos que otros animales si se las estudia de la forma adecuada, se les hacen las preguntas correctas y se respeta su biología y su forma de enfrentarse al mundo", afirma Burghardt. 

Conócete a ti mismo

En el estudio, publicado recientemente en la revista Behaviour, Burghardt y sus colegas estudiaron 24 serpientes de liga (Thamnophis) nacidas en una sola camada en su laboratorio de Tennessee.

Las serpientes habían sido alojadas individualmente desde su nacimiento y alimentadas con una dieta de pescado o de gusanos, lo que permitió diferenciar químicamente las heces de las serpientes. 

Cuando las serpientes tenían cuatro meses de edad, el equipo las expuso individualmente a cuatro estímulos diferentes: su propio forro de jaula sucio, el forro de jaula sucio de un hermano del mismo sexo alimentado con la misma dieta, el forro de jaula sucio de un hermano del mismo sexo alimentado con una dieta diferente y un forro de jaula limpio.

Durante cada experimento, los científicos midieron el ritmo de chasquido de la lengua de cada serpiente y su movimiento general alrededor de la jaula.

Las serpientes chasqueaban menos la lengua cuando se exponían al forro sucio de un compañero de camada alimentado con la misma dieta que a su propio forro sucio. 

Burghardt dice que este comportamiento demuestra que las serpientes de liga pueden reconocer sus propias señales químicas como distintas de las de otras serpientes, incluso de serpientes estrechamente relacionadas que comen la misma dieta.

Diferentes interpretaciones

Hace unos 50 años, el psicólogo estadounidense Gordon Gallup y sus colegas desarrollaron una prueba de auto-reconocimiento en el espejo que sigue siendo el estándar para muchos estudios experimentales.

Los investigadores colocan una marca en algún lugar del cuerpo de un animal que sólo puede ver en su reflejo en el espejo. Si el animal se mira en el espejo y luego toca o examina la marca en su cuerpo, pasa la prueba. Las personas suelen pasar la prueba cuando son pequeñas, y algunos grandes simios (chimpancés, orangutanes y bonobos) se reconocen a sí mismos. Unos pocos no primates selectos, como los elefantes y los delfines, también pueden pasar la prueba.

Pero Gallup y sus colegas son escépticos en cuanto a las pruebas de reconocimiento de sí mismo por medio de espejos en otras especies que no sean los humanos y los grandes simios. También han criticado los estudios de autorreconocimiento no visuales, como los que utilizan olores u otras sustancias químicas, que pretenden ser equivalentes a las pruebas de espejo.

Por eso, uno de los colaboradores habituales de Gallup, el psicólogo James Anderson, de la Universidad de Kioto (Japón), dice que, aunque las serpientes del estudio de Burghardt puedan demostrar el autorreconocimiento químico, no es lo mismo que un simio o un humano reconozcan su aspecto en un espejo.

"Muchos investigadores pasan por alto la espontaneidad con la que los grandes simios [y nosotros mismos] utilizamos los espejos simplemente para comprobar nuestra apariencia, tal vez para reacomodarla u observarla desde diferentes puntos de vista", afirma en un correo electrónico. "No existe ninguna demostración convincente de que el llamado 'espejo químico' se utilice de esta manera".

Burghardt dice: "No afirmo que estas serpientes sean conscientes de sí mismas. Pero parecen tener conciencia de sí mismas como una entidad diferente a otro organismo".

Los científicos también están divididos sobre lo que significa realmente en términos de cognición que un animal se reconozca en el espejo. Gallup y Anderson sostienen que pasar la prueba se equipara a la autoconciencia, a la conciencia de sí mismo y, posiblemente, incluso a la conciencia del yo único de los demás. 

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    Las serpientes de liga comunes, nativas de Norteamérica, son reptiles no venenosos que se encuentran en todo el continente.

    Fotografía de Tim Fitzharris, Minden Pictures

    Algunos investigadores creen que es más probable que la autoconciencia exista en un continuo, en el que las distintas especies demuestran niveles diferentes. Es posible que el autorreconocimiento sea una de las capacidades más básicas de este continuo, que es común entre muchos animales, dice Burghardt.

    "Por muy cuidadosos que hayan sido los autores [del estudio sobre la serpiente], el mayor obstáculo será convencer a algunos científicos de que los resultados significan algo más que una respuesta rudimentaria a los estímulos", dice Gordon Schuett, ecólogo de la Universidad Estatal de Georgia, en Atlanta (Estados Unidos).

    Pero es bueno ampliar estos límites, añade: el nuevo estudio es útil porque puede cuestionar algunas ideas preconcebidas sobre las capacidades cognitivas de las serpientes".

    Más que máquinas tontas

    Una creciente línea de investigación apoya la idea de que las serpientes pueden aprender, adaptarse sobre la marcha e incluso hacer amigos.

    Por ejemplo, los científicos han documentado cómo las serpientes de cascabel del Pacífico norte apartan ramas antes de cazar, alterando aparentemente su hábitat para ayudarlas a emboscar a sus presas. Se ha demostrado que las serpientes de liga tienen personalidad y prefieren socializar con determinados individuos. Y estudios recientes sobre las serpientes de cascabel han revelado que los machos encuentran y permanecen en la misma madriguera año tras año, mientras que las hembras jóvenes y preñadas de cascabel del bosque prefieren "acurrucarse" con parientes cercanos.

    Burghardt dice que las serpientes tienen muchas de las mismas herramientas básicas para navegar por el mundo que los mamíferos, pero su anatomía y estilo de vida pueden mantener estas capacidades ocultas.

    "Mi carrera", dice, "se ha dedicado a tratar de cambiar la opinión de la gente sobre los reptiles, alejándola de la ida de que son máquinas lentas, tontas, aburridas y con instintos".

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    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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