Quienes le conocen coinciden en que es un joven provocador y violento. Pero agentes de la Policía Nacional han conseguido ponerle los grilletes tras acometer una sangrienta agresión. Se trata de un menor de edad, de 16 años, cabecilla del coro de los Dominican Don't Play (DDP) de Alcobendas -uno de los más activos e importantes de la región-, que el pasado miércoles 8 de mayo acuchilló "salvajemente" a otro joven dominicano tras confundirle con otra persona.
Ocurrió en el paseo de Europa de San Sebastián de los Reyes. La víctima se encontraba cerca de una parada de autobús cuando se le acercaron dos individuos que le obligaron a "bajar patria". O lo que es lo mismo, le pidieron que hiciera gestos con las manos con el fin de que deshonrara a su supuesta banda, los Trinitarios.
Pero este chaval se negó ya que no quería problemas al no pertenecer a ninguna organización. Sin apenas mediar palabra, el detenido y su acompañante, también menor de edad, llevaron a cabo un ataque con brutalidad, asestando "puñaladas a su víctima en cuello, pecho, espalda y muslos".
Herido, el joven hizo el amago de intentar salir huyendo del lugar, mientras dejaba, a su paso, un reguero de sangre. Pero a los pocos metros se acabó desplomando. Salvo su vida gracias a la ayuda ciudadana y a la rápida intervención de agentes de Policía y de los servicios médicos de urgencia, tal y como cuentan a este diario fuentes policiales.
"Se ensañaron con él. Dada la gravedad del ataque, que tuvo lugar a plena luz del día, se creó una situación de gran alarma social. A los dos días comenzaban las fiestas de San Isidro en Alcobendas", remarcan las mismas fuentes. A raíz del ataque se intensificaron las investigaciones para hallar a los responsables de este cruento asalto.
Los agentes del grupo de Información localizaron al autor material de los apuñalamientos, que el día 12 de mayo pasó a disposición de la Fiscalía de Menores de Madrid. Se le imputa un delito de tentativa de homicidio y otro de pertenencia a la banda de los Dominican Don't Play. El arrestado ya tenía antecedentes por actos violentos y se decretó su entrada en un Centro de Menores.
Las mismas fuentes policiales agregan que "se está convirtiendo en una práctica común utilizar a menores, incluso a niños que no han cumplido aún ni los 14 años, para llevar a cabo actos violentos como prueba de acceso a la banda. Con ello consiguen ganar prestigio dentro de su organización y poder ascender dentro de ella".