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Escuelas al rojo vivo en Madrid: familias de guarderías y colegios contra la inacción del Gobierno de Ayuso frente al calor

Dos niñas se refrescan en un colegio debido a las altas temperaturas.

Guillermo Hormigo

Madrid —

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Dimas, padre de un niño de 3 años en la Escuela Infantil Valle de Oro en Carabanchel y miembro de la Asociación de Familias de Alumnado (AFA), protesta con tanta energía como resignación. Como quien cuenta una historia mil veces, un relato además sin gracia ni emoción, solo con miedo. El del calor que cada año se ciñe con mayor intensidad y durante más tiempo alrededor de los centros educativos. Una constante ante la cual las administraciones no están respondiendo, según este padre de familia que también tiene un hijo de ocho años en el colegio Lope de Vega del mismo distrito.

“Hace un año que el Gobierno de la Comunidad de Madrid presentó un protocolo para el calor, y prometió la instalación de sistemas de suelo refrescante en distintas escuelas infantiles. Supimos que íbamos a ser agraciados y agraciadas con uno de ellos, y que todo estaba listo a falta de una firma que diera luz verde por parte de la Consejería de Hacienda de la Comunidad de Madrid para su ejecución. El ok nunca llego, así que nuestros hijos e hijas y sus docentes pasaron hasta agosto en la escuela sufriendo temperaturas cercanas a los 40ºC en su interior”, lamenta Dimas.

Doce meses después, temen que la situación vuelva a enquistarse: “A día de hoy el sistema sigue sin instalarse. Sabemos que recientemente se sacó a concurso un paquete para la instalación de estos sistemas en distintas escuelas, pero por lo que nos comentan desde dentro de la administración, una vez más es complicado que la licitación llegue a tiempo para este verano”. Recuerda que en guarderías el alumnado asiste a las aulas no solo hasta principios de junio, sino hasta agosto: “Es duro comprobar que la única opción que tienes para conciliar tu vida con tus hijos en verano implica que vayan a estar en una ollita”.

“No podemos más. Son años exigiendo adaptaciones y mejoras en la escuela y siempre hay algún motivo para no actuar. Necesitamos que se aceleren los procesos para que alumnado y profesorado puedan disfrutar de este sistema en el menor tiempo posible e impedir un nuevo verano de horror. No entendemos esta falta de palabra”, lamenta Dimas.

Es duro comprobar que la única opción que tienes para conciliar tu vida con tus hijos en verano implica que vayan a estar en una ollita

Esther es madre de dos hijas también en Valle de Oro, con tres y un año respectivamente. “La mayor está superexpuesta al calor y las altas temperaturas, pero al menos ya es capaz de manifestar que lo está pasando mal. Me inquieta más la pequeñita, que no puede avisar con tanta claridad si le pasa algo. Las propias trabajadoras muestran su preocupación”.

Ella y su marido presentaron una queja a la Comunidad de Madrid y la trasladaron igualmente a la compañía que gestiona el centro (la gestión del Gobierno autonómico es indirecta, como en la mayoría de centros infantiles). “Nos contestaron que estaban en proceso de licitación para dar con una empresa que instale las enfriadoras”, apunta.

Estos equipos se instalan en la pared y tienen como objetivo lograr una climatización homogénea de las estancias. Funcionan de manera similar a un aire acondicionado y son especialmente útiles para acondicionar el aire en grandes espacios, gracias a su capacidad para la expulsión del aire. Dimas cree que pueden hacer que las temperaturas desciendan “3 o 4ºC”.

Este medio ha consultado acerca del retraso y el estado de la adjudicación a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, sin recibir de momento respuesta. El área enfrentó este 8 de mayo y lo volverá a hacer el día 21 una huelga en el profesorado de la pública ante la falta de acuerdo del sector con el consejero, Emilio Viciana. Las principales peticiones docentes son la bajada de ratios, la reducción de horas lectivas o el refuerzo en el apoyo académico a la diversidad.

Lentos avances en el proceso de adjudicación

Hasta principio de mes, el portal de contratación pública de la Comunidad de Madrid no reflejaba ninguna actualización en el procedimiento, pero Esther indica (y este medio ha podido comprobar) que la mesa de contratación se ha abierto al fin: “La tramitación figura como urgente, así que ojalá podamos tener suerte para este año. Yo que creo en un trámite de urgencia, que reduce a la mitad los tiempos del ordinario, las obras deberían empezar antes de que acabe el mes siguiente a aquel en el que se formalice el contrato”.

A Esther le alegra “que haya habido movimiento”, pero protesta ante el hecho de que “hayamos tenido que esperar a mayo, cuando supuestamente la burocracia estaba prácticamente finalizada ya el año pasado”. Se trata de un contrato dividido en cuatro lotes, cada uno de los cuales incumbe a un grupo de centros distintos hasta un total de 20, sin que que el Gobierno de Ayuso concrete todavía los espacios donde se implantará. La mayoría de suelos radiantes se aplican en instalaciones modernas, como la del Valle de Oro, mientras que centros más antiguos precisan además de reformas estructurales de calado.

“Los padres, los niños y el personal estamos muy preocupados por seguir con esta incertidumbre un año después”, protesta esta madre de familia. Dimas destaca las “pésimas condiciones” que debe soportar la plantilla de docentes y el efecto tanto en su propio bienestar como en la labor de asistencia a los pequeños. “Yo no sería capaz de hacer lo que consiguen ellos, que están siempre pendientes para pulverizarles agua, quitarles ropa o sacarles al patio si el sol no pega demasiado fuerte”, añade Esther. A este último respecto, Dimas apostilla que “los patios son muchas veces un erial de cemento”.

Señala Esther que en 2023 llegaron a registrar temperaturas en el entorno de los 30ºC ya a primera hora, a las 9.00. Confía en “un último arreón” que permita acometer las obras antes del verano, pero no entiende que “todo vaya así de lento” a la hora de “darnos un poco de aire”.

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