Despedida de Cruz Roja tras denunciar la actitud machista y de riesgo de un empleado: “Bebía alcohol antes de conducir la ambulancia”

Ante la gravedad de los hechos denunciados y la negativa de la empresa a llegar a una solución pactada, el sindicato CNT ha iniciado un conflicto laboral con Cruz Roja

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Imagen de un centro de Cruz Roja. (CNT)
Imagen de un centro de Cruz Roja. (CNT)

2023 ha sido un año especialmente difícil para Marta. Nunca imaginó que Cruz Roja, donde ha trabajado cerca seis años y otros tantos más como voluntaria, tomara represalias contra ella tras denunciar las actitudes machistas y el comportamiento de riesgo de otro empleado. De hecho en julio, después de sufrir meses de “acoso laboral y falsas acusaciones” que le generaron problemas como estrés y depresión, fue despedida.

Todo comenzó el pasado mes de febrero, cuando Marta (nombre ficticio) constató “una actitud y trato degradante hacia las personas usuarias y trabajadoras” por parte de otro empleado en un centro de Cruz Roja en Valladolid, unos hechos que primero comentó al propio trabajador para que cambiara su comportamiento, pero al no tener éxito, se lo comunicó a su superior. Como Cruz Roja seguía sin tomar medidas, decidió entonces dejar constancia de los hechos por escrito, tras lo cual el empleado fue trasladado a otro puesto de trabajo.

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Marta cuenta a Infobae España que en varias ocasiones encontró al trabajador en cuestión “viendo porno en la oficina” y que algunos voluntarios de Cruz Roja comentaron que le han visto haciendo fotos a una camarera por debajo de la falda, además de los comentarios machistas que realizaba. “Cuando comenté a mis jefes que este empleado estaba viendo porno, me dijeron que era culpa mía por no mandarle suficiente trabajo y tener mucho tiempo libre”, asegura. Pero lo peor de todo, añade, eran las conductas del empleado que ponían en riesgo a las personas que atendían, pues “en ocasiones bebía alcohol antes de salir de servicio conduciendo la ambulancia”. “Se justificaba diciendo que nadie iba a parar a una ambulancia y más aún siendo de Cruz Roja”.

A partir del trasladado del empleado a otro puesto, Marta denuncia que sufrió una campaña de acoso laboral: tuvo que asumir el trabajo de dos personas, “haciendo semanas de hasta 80 horas” y con viajes continuos fuera, lo que le terminó pasando factura y estuvo tres semanas de baja por ansiedad, un periodo de tiempo en el que sus jefes continuaron llamándola, asegura. Cuando regresó en abril, siguió asumiendo una “carga de trabajo desproporcionada” y sus superiores “le hacían el vacío” e insinuaban que se había tomado la baja para perjudicar a la empresa, hasta que cuatro meses después, en julio, la despidieron finalmente.

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Cruz Roja alega que Marta fue despedida por “falta de rendimiento, además de fraude, deslealtad y abuso de confianza” por reclamar las horas extras que hizo, y en tercer lugar, por “desobediencia a las órdenes de un superior”, hechos que el sindicato CNT califica de “falsos”.

Cruz Roja se niega a negociar

Desde el sindicato sostienen que el despido se produjo porque la trabajadora “denunció las actitudes machistas de ese empleado” y reclaman la “readmisión inmediata” de Marta, así como la investigación del comportamiento de los responsables de Cruz Roja “que no sólo amparan tratos vejatorios y de riesgo para las usuarias y trabajadoras, sino que acosan a la persona que los pone en conocimiento de la empresa hasta inventarse su despido”.

Ante la negativa de Cruz Roja a una solución pactada en la reunión de mediación que se llevó cabo el pasado jueves, CNT ya ha iniciado acciones legales para tratar de corregir esta situación tras la comunicación oficial del conflicto a la empresa.

“Esta clase de actitudes no se pueden permitir en ninguna empresa, pero menos aún en una ONG que asegura trabajar por los derechos de la gente más vulnerable. Como sindicato hemos visto muchos conflictos laborales, pero pocos tan sangrantes como este”, concluye Javier Ríos, responsable del caso en Acción Sindical de CNT Valladolid.

Aunque han sido meses muy duros para Marta y toca “remover todo de nuevo”, al menos ahora, dice con alivio, se siente acompañada y apoyada por el sindicato. Espera que la vuelvan a readmitir “y alguien ponga cordura en esta situación”, pero si no lo consigue, confía en que al menos su caso sirva para nadie más en Cruz Roja vuelva a pasar por algo similar.