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Una sociedad de cazadores asume por primera vez en Andalucía la custodia de los montes públicos de un parque natural

El delegado de Medio Ambiente de la Junta, los alcaldes de Barbate y Vejer y los presidentes de El Cartucho y la Federación Andaluza de Caza.

Antonio Morente

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“Es chocante que los cazadores vayan a vigilar el monte cuando son ellos los que tienen que ser vigilados”. Desde Ecologistas en Acción en Cádiz, Lola Yllescas expresa una y otra vez su asombro sobre lo que ha ocurrido en el parque natural La Breña y Marismas de Barbate, que desde hace unos días tiene como encargada de la custodia de sus montes públicos a la Sociedad Federada de Caza El Cartucho tras formalizar un acuerdo con los ayuntamientos de Barbate (en cuyo término municipal se extiende la mayoría de este espacio protegido) y Vejer con el impulso de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul. Esto convierte a los cazadores barbateños en conservadores y vigilantes del enclave, algo que las administraciones defienden alegando el compromiso que tienen con el medio ambiente y su implicación con todas las actividades que se llevan a cabo en el paraje.

El Cartucho se convierte así en la primera asociación cinegética de Andalucía que adquiere este reconocimiento como custodio de un espacio natural público, una singularidad que propició que al acto en el que se formalizó acudiese hasta el presidente de la Federación Andaluza de Caza, un José María Mancheño que no ocultaba su satisfacción. Esta figura de custodia viene recogida en la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, de rango estatal y aprobada en 2007, que anima a los propietarios de estos espacios (en este caso los ayuntamientos) a que impliquen a entidades para la conservación de los valores naturales de unos montes que son propiedad de los municipios, lo que implica de partida que “no afecta a la totalidad del ámbito geográfico del parque natural”, señala su director Rafael Martín.

Lo que choca en este caso es que hablamos de cazadores. “Por muy buenos y cumplidores que sean no deja de ser una contradicción”, insiste Yllescas, para quien es poco menos que poner al lobo a guardar las ovejas. El alcalde de Barbate, Miguel Molina (de Andalucía Por Sí, AxSí), niega la mayor y subraya que hablamos de una entidad que “siempre colabora con el mantenimiento y la conservación del parque” y que “ayudan cada vez que se les requiere para cualquier actividad” en este paraje natural. “Y lo hacen de forma altruista”, remarca.

“Formalizar lo que ya hacemos”

¿Y qué dicen los cazadores, a todo esto? Pues Felipe Gomar, secretario de El Cartucho, admite que de puertas para afuera “puede parecer contradictorio, pero no es extraño para nada” que se hayan convertido oficialmente en custodios porque este acuerdo lo que hace es “formalizar lo que ya hacemos”. La sociedad pertenece a la junta rectora del parque, contrata a dos guardas de coto “que están vigilando todo el año”, ha controlado algún conato de incendio con la autobomba que les cedió hace tiempo la Junta de Andalucía y todos los años organiza una jornada de limpieza del enclave en la que quitan del campo “toneladas de basura que no es nuestra, porque nosotros recogemos todos los cartuchos que disparamos”.

Con este acuerdo, El Cartucho lo que se compromete es a realizar trabajos de limpieza, acciones de conservación y recuperación de especies dentro del parque y la retirada de fauna exótica invasora. Asimismo, es la encargada de abastecer de agua y mantener las piletas que hay en este paraje natural y también realizará censos de avifauna en diferentes periodos del año.

El director del parque natural recuerda que ser custodio no significa tener manga ancha, sino que todas las actividades que se desarrollen en virtud de este acuerdo “deben tramitar la preceptiva autorización” por parte de los responsables del espacio. El Gobierno andaluz ni entra ni sale en que sea una sociedad cinegética ni si eso supone una contradicción, ya que el papel del delegado territorial de Medio Ambiente ha sido actuar como “entidad de apoyo” entre las partes. Son los ayuntamientos los que, al rubricar este pacto, “la reconocen como entidad con interés y solvencia” para conservar los valores y recursos naturales, señala Rafael Martín.

“Colaboración intensa”

De paso, recuerda que los montes públicos “precisan de una gestión de los aprovechamientos continua y equilibrada para garantizar su evolución sostenible en el tiempo”, unos aprovechamientos entre los que se encuentra el cinegético. De hecho, se ha mantenido una “colaboración intensa” entre El Cartucho y la dirección del parque natural desde la creación del mismo, y se apunta a que los cazadores también han cooperado con el Infoca o con el departamento de Montes Públicos de la Junta.

Desde Ecologistas en Acción se asumen estos argumentos, lo que no implica que se compartan. “No tenemos nada en contra de El Cartucho, nos consta que cumple las normas, pero es que una sociedad de este tipo tiene como objetivo la caza y no la conservación”, incide Lola Yllescas, para quien “hay mejores formas de conservar el territorio que cazándolo”. Que sí, que son muy cumplidores, pero que “de eso a que las administraciones le den la custodia del parque va un abismo, aunque sea por respeto a los no cazadores, que somos mayoría”, una situación que achaca a la buena sintonía entre la entidad cinegética y el Ayuntamiento de Barbate.

El alcalde, Miguel Molina, resalta que la asociación “no va haciendo daño de forma alocada” y considera que está “muy bien vista” en el municipio; de hecho es una de sus entidades más importantes. “Es un colectivo bastante grande y representativo de la sociedad barbateña que además siempre está dispuesto a ayudar y colaborar”, e incide en que la opción de que custodie el parque tuvo el respaldo unánime del pleno municipal, en el que además de los ocho concejales de AxSí se sientan el PSOE (siete ediles), el PP (cuatro) y el partido local Siempre Barbate, con dos.

“Estamos mal vistos”

Desde El Cartucho, Felipe Gomar lamenta que los cazadores “estamos mal vistos” y considera que de un tiempo a esta parte “está de moda” cargar contra ellos. Que sean custodios “no es contradictorio porque estamos cuidando continuamente el parque natural”, en el que está permitida la caza menor: conejos, zorzales, palomas, perdices... Es más, apunta que tienen sus propias normas que son todavía más estrictas que las que impone la veda, ya que por ejemplo este año está permitida la caza de la perdiz pero han decidido no cobrarse estas piezas porque “están muy afectadas por una enfermedad nueva”. Gomar también destaca que los cazadores llevan aves que se encuentran heridas a los centros de recuperación.

Desde Ecologistas en Acción también se ha criticado que el encargo de custodia se ha rubricado sin pasar por la junta rectora del parque, algo que el director del mismo señala que no es necesario porque “es un acuerdo entre partes ajenas” a la Delegación Territorial de Medio Ambiente. No obstante, El Cartucho ya ha anunciado que expondrá los detalles de este convenio en la próxima reunión del órgano rector del espacio natural, que se celebrará el 15 de noviembre. “Espero que sea el último acuerdo de este tipo con una sociedad de cazadores”, tercia Lola Yllescas, para quien esta encomienda genera “toda la desconfianza por la propia naturaleza de esta asociación, cuyo objetivo es matar a la fauna”.

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