Las fake news y el perro guardián

Las elecciones de 2016 que llevaron a Donald Trump a ser presidente de los Estados Unidos se decidieron en tres Estados -Michigan, Pennsylvania y Wisconsin- en los que el Presidente ganó a la candidata demócrata Hillary Clinton por estrechos márgenes de 0,2, 0,72 y 0,76 puntos, respectivamente.

Se ha extendido la creencia de que en esos pequeños márgenes a favor de Trump fueron relevantes determinadas noticias falsas (fake news) que se propagaron por las redes en torno a las candidaturas en competencia. En concreto, hubo tres que parece que tuvieron cierta influencia: que Clinton tenía una grave enfermedad, que el Papa Francisco apoyaba a Trump o que Clinton había aprobado la venta de armas a yihadistas “incluido ISIS” (esta última noticia fue creída por un 20% de los antiguos votantes de Obama).

En el referéndum del Brexit también se ha difundido que las fake news tuvieron un papel decisivo para el corto margen del “SÍ”, resultado que probablemente supuso la mayor convulsión en Europa desde la caída del Muro de Berlín. En concreto, tres noticias parcialmente falsas se propagaron como la pólvora: que el Brexit no amenazaba la posición de Reino Unido en el mercado único, que con el Brexit los británicos recuperarían 350 millones de libras a la semana con los que financiar su sistema de salud o que 76 millones de turcos iban a ingresar en la UE.

En definitiva, en dos de los acontecimientos más relevantes de la vida política de este siglo parece que las noticias falsas tuvieron una importancia decisiva.

Es evidente que en todas las elecciones ha habido y habrá demagogia; que supone, ni más ni menos, un falseamiento de la realidad con la finalidad de captar votos para la propia candidatura. En nuestra historia democrática tenemos ejemplos más que evidentes: Felipe González ganó con mayoría absoluta las elecciones de 1982 prometiendo la creación de 800.000 puestos de trabajo (cuando sabía que era imposible). Mariano Rajoy ganó las elecciones de 2011 prometiendo bajadas de impuestos (que también sabía imposibles).

La novedad, por tanto, no está tanto en la demagogia como forma de hacer política, sino en los medios para su difusión y, en concreto, en la potente irrupción de Internet y las redes sociales en el funcionamiento de nuestras democracias. En una reciente entrada de este blog se explicaba como Cambridge Analytica, a través de algoritmos y de datos disponibles en las redes sociales, había conseguido influir (si no manipular) en los dos procesos electorales con los que empezaba este post.

Da cierto miedo pensarlo: con unas cuantas noticias falsas con cierta pegada y un buen conocimiento de las redes sociales se puede decidir, nada menos, quién es Presidente de la mayor potencia mundial o resquebrajar el, todavía, proyecto de Unión Europea.

Desde los orígenes de la democracia se ha destacado la importancia de una opinión pública formada, para el buen funcionamiento del que se considera el mejor sistema de gobierno conocido. Hasta hace bien poco la intermediación entre la realidad y esa opinión pública era monopolio de la todopoderosa prensa. Es decir, de profesionales que, aunque tuvieran prejuicios e intereses, debían mantener, en su relato de la realidad, una cierta conexión con los hechos, para conservar su prestigio profesional.

Sin embargo, la prensa convencional pierde poder y, cada vez más, la formación de esa opinión pública depende de las redes sociales, en las que cualquiera puede introducir un virus que se vaya propagando como tal. De hecho el objetivo de quien inocula en la red una noticia falsa es que esta se “viralice” llegando al mayor número posible de usuarios. Recordemos el famoso caso de 2017 en que una foto de Angela Merkel con un refugiado sirio fue manipulada para que aparecieran tres hombres junto a la Canciller con el titular de hombres sin techo incendian Berlín. Merkel se hace un selfi con uno de los autores. La foto se hizo viral y aunque se formuló una demanda contra Facebook un tribunal la desestimó, porque Facebook no había manipulado el contenido y no podía considerársele jurídicamente responsable.

Ante estos peligros es lógico que hayan surgido voces que reclaman un mayor control de las redes sociales para evitar la propagación de las fake news y la degeneración del sistema democrático.

Cuando hablamos de esas formas de control, surge una evidente tensión entre tres libertades fundamentales: la libertad de expresión, el derecho al honor de quien resulta afectado por una noticia falsa y el derecho de los ciudadanos a recibir una información veraz. Estas tres libertades han estado y están en un continuo equilibrio.

Hasta el momento las decisiones judiciales que las han ponderado tienden a dar cierta prevalencia a la libertad de expresión y de información frente al derecho al honor o al derecho a recibir una información veraz. Además, todas las cartas de derechos del mundo prohíben la censura previa y el secuestro de las publicaciones, salvo resolución judicial motivada. Se considera que estos derechos fundamentales son imprescindibles para garantizar el pluralismo en el que se basan las modernas democracias. Así, desde el famoso caso de Observer y Guardian c. el Reino Unido, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tiene declarado que la prensa tiene un papel esencial en una sociedad democrática como “perro guardián” encargado de transmitir a la opinión pública ideas e información sobre cuestiones de interés.

Todo esto del perro guardián está muy bien, pero ¿qué ocurre cuando alguien (que incluso puede ser otro Estado) premeditadamente inocula en la red una noticia, consciente de la completa falsedad de los hechos, y trata de viralizarla con la intención de alterar un proceso democrático o desestabilizar una Nación? Es evidente que entonces los actuales remedios jurídicos de que disponemos no dan respuesta a estos retos. En el modelo clásico, si se detecta que un medio de comunicación difunde una información falsa o injuriosa pueden ejercitarse el derecho de rectificación o acciones protectoras del derecho al honor del afectado. Finalmente será el juez quien decida si el medio debe rectificar y/o indemnizar. La jurisprudencia nos dice que, respecto de los hechos, los medios tienen un deber de fidelidad, pero las opiniones son libres. Obviamente, en la mayoría de los casos resulta difícil distinguir entre hechos y opiniones y, por tanto, casi siempre nos movemos en un mundo de complejos matices y equilibrios.

En cualquier caso, ante los nuevos retos, es lógico que, en nuestro país, el PSOE haya propuesto legislar para introducir un protocolo preventivo que evite las noticias falsas. Hasta el momento, la Comisión europea ha dicho que no se plantea entrar en esta cuestión. Sin embargo, las amenazas son tan gigantescas para el modelo democrático, que veremos cómo va aumentando la presión para que se regule el funcionamiento de las redes sociales.

Para que nuevas medidas tengan alguna utilidad, es preciso tener claras algunas cuestiones. Detrás de la persecución de las fake news no puede esconderse una satanización de Internet en interés de los medios tradicionales de comunicación. Por tanto, hay que definir con precisión lo que se trata de perseguir. En este artículo se define como aquel supuesto en que alguien consciente y deliberadamente falsea completamente los hechos con una determinada intencionalidad. A partir de una definición precisa, cabe articular una reacción proporcionada a la gravedad de la conducta y al bien jurídico protegido: que no es sino garantizar el propio funcionamiento del sistema democrático. Además, la cooperación jurídica internacional en esta materia es imprescindible, dado que el virus puede inocularse desde donde sea y afectar a cualquier proceso electoral, con lo que será preciso conseguir la colaboración de la justicia de distintos países y de los gigantes empresariales que controlan Internet.

En fin, son enormes los retos que plantean las nuevas tecnologías a los sistemas democráticos tradicionales y, sin embargo, estos parecen estar completamente despistados y reaccionar a impulsos, sin darse cuenta de que está en juego la propia salud del sistema. ¡A ver si espabilamos!

5 comentarios

5 Respuestas a “Las fake news y el perro guardián”

  1. Manu Oquendo dice:

    A mi modo de ver la principal fuente de Fake-News son los Mas Media del Sistema Occidental. Nos mienten y nos ocultan información constantemente.

    La iniciativa del PSOE para recortar más libertades no me sorprende. Es un partido con alma totalitaria. Al menos la UE se ha negado a recortar estos derechos. El PSOE es lo que es, un cipayo deseoso de agradar al Poder Real. «Como sea» ¿Les suena?

    Sobre las Supuestas e inauditas Fake-News que «dieron la victoria a Trump».

    1. Sobre la salud de Clinton. ¿Washington Post? ¿Fake?

    https://www.washingtonpost.com/news/the-fix/wp/2016/09/11/hillary-clintons-health-just-became-a-real-issue-in-the-presidential-campaign/?noredirect=on&utm_term=.23ffb3e9f441

    2. Sobre la creación y Financiación Occidental de Daesh e ISIS. Que, no lo olvidemos, arranca en Afganistán para echar al ejército soviético usando Tropas locales Interpuestas.

    Israel’s Defense Minister durante una visita a Grecia –no olvidemos que en Israel viven casi dos millones de Judíos Rusos con muy fuertes lazos afectivos y familiares con Rusia– acerca de la constante ayuda de Turquía (Miembro crucial de la OTAN durante el Tiempo de Obama y Clinton) al Daesh y al ISIS.
    https://www.youtube.com/watch?v=Mj_WWOSjDew
    Esta noticia viene en RT y fue ocultada por muchos medios Occidentales. Han circulado numerosos videos en YouTube que hoy han desaparecido.
    https://www.youtube.com/watch?v=zalxBTfGwag
    Algo queda https://www.youtube.com/watch?v=Hef942-ZXKo
    Y un General USA cuando el derribo de un caza ruso por Turquía.
    https://www.youtube.com/watch?v=ZNmDn6OGidM

    Quien tenga alguna duda que pregunte a militares españoles –tenemos una misión en Líbano y gente en Iraq. Responderán lo que saben: 200 camiones cisterna diarios, día tras día durante 2015, 2016 y hasta que Rusia comenzó a bombardearlos. Las fuentes españolas sobre el terreno conocían hasta el precio: 12/14 $ barril. Todos los militares –europeos– con cierta responsabilidad saben lo que está pasando. Pregúntenles a ellos si tienen a alguno cerca.

    3. Sobre que el Papa Francisco apoyaba a Trump.

    No lo se, –no se lo he escuchado– pero lo que sí es cierto es que ya Benedicto XVI tuvo constantes problemas con Bush y Obama por su política de Guerra en el Norte de Africa y en Oriente Medio fundamentalmente por dos cosas muy sensatas imposibles de callar por un Pontífice Católico.

    1. La política de incendiar todo para favorecer los Intereses Sauditas ( y otros asuntos geopolíticos descritos perfectamente por Brzezinski)
    2. Los efectos de esta política Occidental (somos Cruzados Cristianos para los musulmanes) en las Comunidades Cristianas en Egipto, Siria, Iraq, Etc. que son los primeros que ponen los muertos y, por cierto, las mas antiguas comunidades cristianas.

    El General Wesley Clark : Siete guerras en cinco años. Anunciado y cumplido.
    https://www.youtube.com/watch?v=_gHkO0BMlM4

    Por otra parte todos hemos escuchado al Papa Francisco alertar contra quienes están preparando una Guerra Mundial. Un servidor, que no le sigue especialmente, lo he escuchado o leído al menos tres veces en los dos últimos años.

    Por eso entre un Candidato (acusado de tener «amistad» con Rusia) y un Halcón como Hillary ¿Quién preferirían ustedes?

    Para ver quién es Hillary Clinton basta verla estos segundos.
    https://www.youtube.com/watch?v=Fgcd1ghag5Y

    Ella misma se descalificó con estas palabras tras haber impulsado guerras criminales en lo que también es el Sur de la Gran Masa Terrestre Euroasiática. Una obsesión de los Imperios Anglo que Brzezinski alimentó hasta su muerte hace muy poco. Ver «The Grand Chessboard» en inglés. (La traducción al español ha falseado algunas frases)

    El caso es que estamos en medio de los comienzos de una gran guerra. En el «calentamiento».
    Internet y sus redes son un Objetivo y hay que eliminar toda disidencia interior. La primera víctima es la verdad.

    En estas estamos y todos tenemos una Responsabilidad Moral. Supongo, claro.

    Saludos cordiales y gracias por el artículo.

  2. Alicia dice:

    ¿Pero no es difícil poder catalogar de falsa una noticia por más que resulte casi evidente que lo es?
    Y digo “casi” porque, en infinidad de ocasiones y todos lo hemos visto, una frase pronunciada o escrita por cualquiera – personaje público o privado – puede estar siendo mostrada con escrupulosa literalidad, y resultar reprobable e incluso escandalosa; o una fotografía que – aun considerando que no esté manipulada – estará mostrando a esas personas y en esa situación concreta; pero si leyéramos o escuchásemos la frase, o viésemos esa misma fotografía, dentro del contexto y de las circunstancias en que se produjeron nos quedaríamos muchas veces pasmados.
    Cómo atajar eso cuando, por mucho que al sacarla de contexto, de la totalidad del discurso del que habla o escribe, o de la panorámica en que haya sido tomada la fotografía, no puede negarse que la frase o la fotografía ciertamente existen.
    No se puede acusar a quien lo publique de haber mentido. Y eso sucede a diario y con profusión tanto en los medios de comunicación tradicionales y obligados a unos ciertos comportamientos éticos como en la selva de internet y las redes sociales.
    A mí me parece que, a la vista de que el recortar libertades de expresión ―o de pensamiento o de lo que sea― va abiertamente en contra de la propia Libertad por la que todos clamamos – y que, aunque fuese lo mejor y lo más ético, debe de ser complicado acotar qué puede publicarse y qué no y no porque no haya medios técnicos para controlarlo, que seguro que los hay, sino porque implicaría estar censurando ―, no está lo malo en que cada cual exprese y defienda y manifieste lo que tenga a bien y aunque sea guiado por los intereses más cutres o mezquinos; el mal, creo, radica más en la falta de criterio y la cortedad de miras del receptor, intérprete, de la noticia que sea.
    En Política ―por ejemplo y por no entrar en el mundillo tan “seductor” tanto en lo público como en lo privado del chismorreo ― ¿Qué puede hacer el ciudadano corriente y moliente sino quedarse con lo más vistoso, lo que más le da en la oreja o en el ojo, cuando carece de la cultura necesaria para, a la hora de tomar sus opciones, no dejarse guiar por los eslóganes sino por su conocimiento de qué, al margen de las palabras de los representantes de cada tendencia o partido, encierra en profundidad y en su esencia cada una de las ideologías representadas aspirantes a gobernar?
    La mayoría de las personas no tenemos ni idea, o la tenemos muy vaga, de qué significa ser de “derechas” (que, sin pararse en barras, el que se dice de “izquierdas” tacha directamente de ser “facha”), o de “izquierdas” (que el “facha” tilda sin pestañear de oportunista y de no buscar más que desplazar al que acusa de opresor para colocarse él y en definitiva hacer lo mismo), o qué ser liberal o socialdemócrata o democratacristiano – sé que hay más palabras y más terminologías, pero estas son las que me sé por los telediarios – , o democracia directa o participativa…
    Y, en fin, tantos conceptos de los que, si conociésemos el común de los mortales qué significan y qué implican, podríamos extraer una noción de qué hay de fondo, de esencia válida o de verdadero pensamiento filosófico, detrás de cada una de las palabras con que los denominamos y enjuiciamos de manera bastante superficial o frívola o automática.
    Considero que ello implicaría el, a la hora de elegir, estarlo haciendo movidos y enterados por qué y de qué cada una de las ideologías pretende atendiendo a sus principios éticos, y haciendo un poco de abstracción de que las personas, sujetas cada cual a nuestra propia humanidad, nunca estaremos (o no del todo o no siempre) a la altura de nuestros propios ideales. Y que habría errores y fallos; pero no serían de fondo, de esos que descorazonan y hacen tirar la toalla o meter la cabeza debajo del ala.
    Y todo esto que expongo (y muchas cosas más) se aprende – y voy a hacer publicidad, pero por qué no cuando con ello no voy a lucrarme porque muy por el contrario lo que hago es pagar, como debe ser, que para eso soy alumna – en…
    Bueno, pego el enlace para que quienquiera que pase por aquí y no conozca la existencia de La Academia pinche en él y se entere.
    http://www.laacademiaarteyciencia.com/

  3. pasmao dice:

    Apreciado Isaac

    Las fake news lelvan al menos desde la guerra de Cuba y el Maine, si es que no desde antes. El «poblema» para los mandantes es que antes la información era un oligopolio de las 5-6 agencias que mandaban sobre los medios, y ahora un youtuber te la lía.

    Pero la culpa es de los medios.

    Si un youtuber te la lía no es por Putin, es porque los medios se han desacreditado tanto de tanto mentir que ya no convencen.

    No existen fake news y si existen, es que han existido desde hace mucho tiempo. El problema se llama monopolio y control de la información.

    Respecto a si 3 swing states pasaron de Clinton a Trump por A o por B.. me da igual. Los lobbies israelíes o judios (no se que es mas correcto, admito correciones) influyen mucho mas en la política exterior USA que 100 Putins. Y a nadie le parece mal, o a nadie (exceptuando a gentes que pasan por conspiranoicos seminazis) tiene bemoles para parecerle mal.

    Si está probada que la Fundación Clinton recibió millones de $ a morteradas de las monarquias golfas y de gentes dudosas) y todo el mundo está muy tranquilo al respecto. Casulamente cuando perdió la s elecciones dejño de recibir pasta, o recibió mucho menos.

    De lo que estoy seguro es de que por «nuestra seguridad» están cómo locos por pedirles a los chinos su copyright y aplicarnos el sistema chino pero agiornandolo convenientemente a nuestros patrones de lo políticamente correcto.

    El sistema chino, por si alguien no lo sabe, está en aplicar una especie de carnet por puntos ciudadanos, donde a los pecadores les son descontados puntos por ese sistema espia, bien con cámaras que te monitorizan, bien mirando lo que dices o lees por internet, etc, etc… a partir de lo cual una algoritmo *(1) (siempre es un algoritmo.. para que no parezca.. cuando la gente no tiene ni idea de lo que es un algoritmo) te condena a una vida de paria o te premia.

    Por algo los Rockefeller estaban encantados con China desde ya 1973

    Así que lo de las fake news, el simple invento de la palabreja y su difusión nos dan la medida de que algo estrán haciendo porque hay cosas que se les escapan. Como esos Videos de MANU que desaparecen, o esas noticias de las aquí nunca supimos (cómo la visita a USA de Obama, aún presidente, donde se tuvo que bajar por la escalera de emergencia del Airforce One y donde su secret service acabó a mamporros con los chinos).. casualidades de la vida

    Un cordial saludo

    * (1)Y para los que no lo sepan un algoritmo hace que si usted dispone de buenas rentas y viva en una zona bien cuando llame a un nº de atención telef la maquinita sea mas afable y rápida y tenga uno menos musiquita, o si uno está en el INEM y vive en casa dios te tenga media hora de hilo musical.. para que vayan aprendiendo para que sirve un algoritmo, entre otras cosas.

  4. loli dice:

    Mentir y ocultar información, ¿no requiere un campo abonado para ello?.

    Y parece que el campo propicio y preparado para “el lado oscuro de internet”, somos la mayoría de ciudadanos dispuestos al acceso fácil y ramplón a la in-formación, que nos premie y alente la huida de un trabajo, de un esfuerzo, que solo puede ser nuestro: el cultivo de la inteligencia.

    Por otro lado, sin esa acción “culta”, ¿cambiaría mucho el rumbo de las cosas aunque no se mintiera y se transparentase más información?, ¿sabríamos contextualizarla, entenderla en sus matices y más allá de lo aparencial, sabríamos, en definitiva utilizarla lo más debidamente posible?.

    Por ahora, parece, nos tienen pillados desde los datos y perfiles que dan sobrada carnaza para la manipulación.

    Es como si el “inconsciente”, individual y colectivo, lo hubiéramos colocado al servicio de un “ente”, de envergadura desconocida para nosotros, y hubiésemos entregado nuestras voluntades, con ello, sin siquiera percatarnos.

    Nuestras debilidades, obsesiones, precariedad de pensamiento, deseos….y otras vulnerabilidades….al servicio de poderes que dominan políticas, estados, modelos de aprendizaje….y las imponen…, sin que nos demos prácticamente cuenta de ello….¿o sí…, ¿y nos hemos acomodado a una inercia donde preferimos que el trabajo, el nuestro, lo hagan otros?.

    Es de temer, porque, entiendo, que si esas inercias se mantienen en el tiempo, y adquieren densidad, como puede estar ocurriendo, serán la prisión más grande a la que estarán sometidas las sociedades, por democráticas que nos queramos llamar.

    Reaccionar frente a ello, parece necesario.

    En realidad no sé muy bien sí, pidiendo y exigiendo desde el estado general de la sociedad, verdad y transparencia, o procurando que un estado propicio a esa verdad y transparencia, preparado para ella, sea posible en todos nosotros.

  5. O'farrill dice:

    Me ha gustado el artículo de Isaac poniendo énfasis en la manipulación a que estamos sometidos pero, sobre todo, me ha encantado por los muy buenos comentarios al mismo que ha provocado y que lo equilibran de alguna forma.
    Efectivamente, si vivimos en sociedades ignorantes, hipócritas y miedosas ¿de qué nos asombramos?
    La guerra del relato (perdida por H. Clinton, según sus propias palabras) es una guerra de desinformación o de informaciones interesadas y sesgadas a las que estamos sometidos a todas horas del día, procedentes de medios de comunicación que hace ya mucho tiempo se «pegaron» al poder para ser simples lacayos del mismo. Un poder que se asienta sobre la mentira o las medias verdades (que a veces son peores). La política perdió su sentido al estar al servicio de intereses parciales o personales de gentes que (con honrosas excepciones) veían más fácil su carrera en un partido que haciendo oposiciones o buscándose la vida como el resto de los mortales. Todo consiste en crearse el propio relato del sacrificio y repetirlo hasta la saciedad. Pero ya han tocado fondo. Los «medios», funcionando como correas de transmisión partidaria con subvenciones más o menos encubiertas, ya sólo pueden ser la voz de sus amos, no los «perros guardianes». Las corporaciones y multinacionales sólo creen en la cuenta de resultados y, si para ello, deben mentir descaradamente sobre las bondades de sus productos a unos consumidores capturados, lo harán sin ningún escrúpulo.
    Estamos comprobando cómo se magnifica lo que conviene y se oculta lo que no. La última tontería es esa de que los rusos han ayudado al separatismo catalán ¿para qué? ¿para debilitar los estados de la UE? Ya hemos visto cómo lo hacen solos sin ayuda de nadie.
    La existencia en las redes de todo tipo de opiniones e informaciones tiene más que ver con la capacidad de discernimiento (que nace de la inteligencia natural) y del conocimiento de los usuarios. La propuesta de «legislar» por esa razón no indica sino el menosprecio del que lo propone por la inteligencia de las personas y su convencimiento de que deban estar «tuteladas» por los que mandan.
    Como ejemplo tenemos eso que llaman «cambio climático» como una catástrofe en ciernes. Es lo que ahora hay que decir y difundir. Pero el clima siempre ha sido cambiante y los seres vivos se han ido adaptando a esos cambios (desde las glaciaciones a nuestros días). Eso nos ha hecho crear y avanzar en nuestra especie (entre otras cosas). Lo que resulta absurdo es pretender «ser dioses» y domesticar a la Naturaleza. Siempre perderemos.
    Magníficos los comentarios al artículo que demuestran quien y cómo empezó esta guerra de relatos. Lo que duele es que a ellos se les vea el plumero y se den cuenta de que los demás pueden jugar a lo mismo. La «supremacía» se va esfumando poco a poco. Las «pelis» de indios y vaqueros ya están muy vistas. Las series televisivas de la vida americana son cada vez más ridículas. La falsa cultura del dólar se enfrenta a unas economías que pueden hacer lo mismo y hasta mejor…..
    No, amigo Isaac. las falsas noticias, los falsos relatos, la manipulación informativa y las descaradas mentiras de cada día, no son de hoy. No las ha inventado el «malo» de Putin que bastante tiene con sacar a Rusia adelante. Como Trump en EE.UU. al que le espera una auténtica recuperación de la economía nacional. El problema está en aquellos «globalizadores» que tratan de imponer lo suyo (y sacar sus réditos) a lo largo y ancho del mundo, aunque para ello sea necesario devastar territorios y culturas milenarias…..
    Un saludo.

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