Viejos métodos industriales que podrían resultar útiles aún.
a) Antes de reblandecer un objeto de caucho se frota muy bien con un cepillo metálico y agua caliente hasta que ésta, salga limpia. Para reblandecer el caucho lo mejor es tenerlo en una solución acuosa de amoniaco (al 50 por 100) hasta que se evapore el amoniaco; si el agua está caliente se obtiene mejor resultado que si es fría. Si se trata de un tubo, se llena con dicha mezcla, se pone un tapón en cada extremo, se enrolla y se pone en una cacerola donde se cubre con el mismo líquido, de donde Be saca al cabo de una o dos horas de estar hirviendo a fuego lento; el agua perdida por evaporación se va reponiendo; después se deja enfriar poco a poco.
b) También se ha recomendado mucho la glicerina, que se aplica con una muñe- quilla de algodón después de haber limpiado muy bien el caucho con cepillo y agua caliente. A las veinticuatro horas se repite la operación. Tratándose de objetos almacenados que presenten tendencia a resquebrajarse, se repite esta operación cada seis meses.
c) Según Zeigler, los tubos, bandajes y otros artículos de caucho vulcanizado que se han puesto duros quedando inservibles, pueden volver a utilizarse devolviéndoles su elasticidad del modo siguiente: se echan primero en una solución acuosa y caliente de tanino y tártaro emético; después se pasan a una solución fría de tanino y sulfato cálcico en agua. Se mezclan después las dos soluciones, se calienta la mezcla hasta ebullición, y se echan en ella los objetos de que Be trate. Este tratamiento se prolonga de uno a tres o cuatro días, según la clase y estado do los objetos.
d) El caucho viejo puede reblandecerse sometiéndolo a la acción del vapor de sulfuro de carbono, hasta que quede bien blando. Los tapones duros quedan blandos de este modo, pero los tubos no vuelven a adquirir bu elasticidad.
e) Los objetos de caucho muy duros se reblandecen con vapores de sulfuro de carbono primero y petróleo después.
f) Otro procedimiento consiste en sumergir en petróleo los artículos de caucho endurecidos, que se ponen al aire, y se vuelven a sumergir si es preciso.
g) Para reblandecer tapones duros se tienen diez días en una solución de lejía de sosa al 5 por 100, a una temperatura comprendida entre 10 y 50° O. Se lavan después muy bien, se rasca la capa superficial con un cuchillo romo, y se lavan con agua caliente.