Mr Wonderful y la censura

El arte debe ser edificante. Es una idea que surgió en una conversación reciente y no dejo de darle vueltas. Edificante, de edificar, constructivo, en postivo, que aporte algo, que nos haga mejores de algún modo. Toda esa nube de significados.

La idea no es nueva, por supuesto, aunque tiene bastante que ver también con el signo de los tiempos presentes. Pero si uno observa la historia del arte lo cierto es que se cumple idefectiblemente, desde las cavernas.

Así pues en Europa vemos desde las primeras escenas de caza al panteón de dioses griegos y romanos, más tarde otros mil retablos de la virgen, más tarde aún otros mil retratos de la aristocracia. Porque al final la definición de "edificante" corre a cargo del poder turno.

Hoy parece que las élites vivan en el mundo de Mr Wonderful y puede que ellos sí, el resto seguramente no tanto. Otra constante del eje cronológico. Y aunuqe tanto positivismo a muchos nos pueda dar ganas de retorcerle el pescuezo a alguien eso no es lo peor, lo peor es siempre lo que se calla. Lo que se acalla en este caso.

Porquel al final bajo esa premisa, en principio muy razonable, de que el arte sea "edificante" se está censurando todo lo que no lo sea. Y ni siquiera hace falta perjudicar a nadie, basta con ayudar al de al lado. Escoger a este y no al otro.

Y eso explica desde las películas de Disney hasta los informativos de Ferreras, pasando por las radiofórmulas. ¿Y el talento? Abunda, podemos despilfarrarlo, defenestrarlo, de hecho molesta. ¿Lo auténtico? Nunca fue ese el objetivo. Al final puede que la verdad no sea muy edificante si lo que queremos edificar es una mentira.

Para otros lo que diferencia el arte de la artesanía reside en la libertad, en el concepto mucho antes que en la forma, mucho más allá del mero aunque loable ejercicio técnico.

Siendo así las cosas el arte es hoy lo que se filtra entre las grietas de esa edificación que pretende construirse, si acaso la humedad que transpira a través del hormigón hasta oxidar el armazón de acero cuyo destino último es volver a la planta baja. El arte no es esa edificación, no. El arte es su demolición.

Porque antes de crear, hay que destruir. Y, ahora sí, Mr Wonderful, para volver a hacerlo mejor. Y no, por mucho que lo repitan: no está bien estar mal. Para los de arriba está bien que los de abajo estén mal, viven precisamente de eso. Otra cosa que no está bien. Supongo que mi punto de vista no es muy "edificante", aunque en realidad lo es bastante más que vivir del trabajo ajeno.

Pero a la postre sí, claro que el arte debe ser edificante. Justo después de haber destruido el injusto orden establecido. De eso se trata al final, porque para hacer una tortilla...

Una vez me preguntaron en un examen qué es el arte. 25 años después creo que lo tengo bastante más claro: romper los huevos. Y el resto es estéril.