Sin besos de película

La cultura ante el coronavirus

La industria del cine encara la vuelta a los rodajes con alivio, pero también con inquietud por los riesgos de salud y dinero que comporta

Coronavirus en España y última hora de la desescalada, en directo

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El beso entre Maisie Williams , en el papel de Arya Stark , y Joe Dempsie ( Gendry ) en Juego de tronos

HBO

Es probable que ni siquiera Kate Winslet y Leonardo DiCaprio, con todo lo amigos que son, estuvieran dispuestos hoy o mañana a besarse como lo hicieron hace 24 años en el rodaje de Titanic. Como tampoco lo harían Maisie Williams y J oe Dempsie del modo en que lo hicieron en la última temporada de Juego de tronos.

Salvo en el caso de actores que fueran pareja en la vida real, los besos de película tendrán que esperar un tiempo. Y durante un periodo más largo estarán supeditados a rigurosos tests y verificaciones de negativo en coronavirus. Por eso los artiastas, directores y más que nadie los productores y financieros del cine español se debaten estos días entre la satisfacción por tener ya vía libre para volver al tajo, desde la temprana y hasta temeraria fecha del 11 de mayo, y la preocupación ante la montaña de dificultades y sobrecostes que habrán de sortear para hacer viable un proyecto cinematográfico sin poner en riesgo la seguridad sanitaria de los equipos.

Dobles para escenas calientes

¿Habrá estrellas que exijan un doble en las escenas eróticas o con beso por temor al contagio? “Seguro”, responden los productores Pilar Benito, presidenta de la Asociación Estatal de Cine, y Enrique López Lavigne, de Apache Films. Ambos recuerdan lo que, salvando distancias, ocurrió con el sida en la industria del cine porno a partir de su irrupción en los 80. “Algunas estrellas pedían ser dobladas en ciertas escenas. Y enseguida se impusieron los certificados de negativo obligatorios. Aunque se trate de enfermedades tan distintas, con este virus ocurrirá parecido”, comentan.

Pánico al ¡Corten! por contagio

Pese al cierre de las salas de cine y la paralización de los rodajes –300 en total, 32 de ellos de largometrajes–, la industria española del cine no ha estado precisamente parada durante este tiempo. Mientras los directores aprovechaban para montar películas ya hechas o, junto con los guionistas, idear nuevos proyectos, los productores han celebrado incontables reuniones virtuales a fin de preparar el retorno, que en principio no veían factible –y en general siguen sin ver claro– hasta el verano “como pronto”.

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Rodaje de 'Competencia oficial', con Antonio Banderas y Penélope Cruz: uno de los proyectos cinematográficos suspendidos por la pandemia

MANOLO PAVÓN

En espera de la luz verde, su prioridad ha sido la elaboración de protocolos de seguridad sanitaria para rodar tranquilos: tests de anticuerpos y de contagio (PCR), tomas de temperatura, distancias, mascarillas, higiene... Academia del Cine, Fundación Secuoya, Spain Film Comission y Asociación de Directores de Producción han elaborado diferentes protocolos que ahora hay que aunar y pasar por el Ministerio de Sanidad.

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Rodaje de 'El cover', de Secun de la Rosa, en Benidorm: otra de las filmaciones paralizadas por el coronavirus

AP / DYP

También habrá que disponer del material necesario para aplicarlos, lo que aún no es tan fácil y evidente. Toda precaución es poca antes de retornar al plató o set de filmación: por la salud de todos y también por el pánico a las consecuencias de nuevos parones. “Si por ejemplo un técnico da positivo, imaginad el drama de tener que parar otras dos o tres semanas”, dijo el director general de Telecinco Cinema, Álvaro Agustín, en reunión telemática con otros operadores el 24 de abril.

La seguridad encarece el cine

Tanto en ese encuentro como en todas las demás de los que hemos tenido noticia, los gestores y productores de filmes y series se mostraron casi obsesionados con la dificultad de encontrar “seguros o reaseguros que cubran los nuevos riesgos de los rodajes”, según lo expresa el presidente del Club de Productores Europeos, Álvaro Longoria. En todo caso, la pandemia “encarecerá el cine”, subrayan Lavigne y Benito al igual que en la reunión citada lo hicieron el jefe de la división de cine de The Mediapro Studio, Carles Montiel, o la directora general de Bowfinge, Luisa Gutiérrez. Y los sobrecostes hay que presupuestarlos, añade el primero.

Películas sólo con vacuna

La incidencia de la pandemia en los rodajes será con todo muy variable. El productor de Apache está deseando reanudar la realización de La abuela, de Paco Plaza. “Nos quedan sólo dos semanas. Tenemos dos protagonistas destacadas y poco elenco. Y es una película de terror, lo que facilita los trucajes”, señala. Pero añade que su anterior gran película, Adiós , de Paco Cabezas, “no habría podido reanudarse de haberse interrumpido a mitad de rodaje, con tal cantidad de figurantes, el lío de los permisos para los exteriores o el posible miedo de los actores a las escenas de contacto”.

Ahora será más difícil rodar con muchos figurantes y en exteriores, con niños y anciano, y con artistas o técnicos de fuera

De igual forma, a partir de ahora también será más difícil rodar con personas mayores y con niños que tienen que ser autorizados por sus padres. Y las películas que requieran artistas o técnicos de otros países, tendrán que aguardar una reapertura de fronteras que puede tardar largos meses. En suma, “habrá películas que no podrán hacerse hasta que haya vacuna”, señala Lavigne.

Cuellos de botella

Otra inquietud del sector está en los atascos o cuellos de botella que la coincidencia de rodajes reiniciados provocará, sobre todo en cuanto a disponibilidad de recursos materiales y humanos. “Si ya antes de la crisis había que pedir turno para algunos actores y técnicos”, decía el jefe de Telecinco Cinema a sus colegas. Todos ellos hacen votos por organizarse sin pisarse la manguera. Y confían en las posibilidades que la reordenación de los planes de rodaje, los retoques de guión o los trucos en postproducción pueden ofrecer para contrarrestar en parte los problemas. Pero no se engañan. Hacer cine como antes va a costar mucho tiempo y dinero. Millones y años, asumen

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